Los vándalos parasicológicos.

El Alamín es un antiguo poblado, del municipio de Villa del Prado (Madrid), hoy abandonado. El marqués de Comillas construyó el poblado en 1957 para que sus trabajadores no tuvieran que desplazarse desde el pueblo.

Cuando decayó el cultivo de la finca, los trabajadores descendieron en número hasta que las 40 casas, el bar, la escuela, el convento y la iglesia terminaron por quedar abandonados.

Hoy en día, al reclamo del mundo parasicológico, el poblado es visitado todos los fines de semana por hordas de aficionados a los misterios, que armados con cámaras de fotos y grabadoras no dudan en descerrajar las puertas para entrar a la búsqueda de hechos “inquietantes”, que dirían en la televisión.

Se han llevado hasta la campana de la iglesia, de hierro forjado. Y a pesar que los antiguos habitantes del poblado que ahora viven en Villa del Prado recuerden que ninguna de las historias que se cuentas es cierta, los adictos a la paranormal siguen deambulando por las noches a la búsqueda de la foto fantasmal o la psicofonía definitiva.

No hay fantasmas, solo pintadas en las paredes y cada vez más desperdicios dejados por los amantes de lo paranormal pero no de la limpieza.

El plan de los nuevos propietarios es arreglar las casas y ponerlas a la venta. Pero hasta que eso ocurra el tiempo pasa y los espiritistas aumentan la falsa leyenda con infinidad de nuevos cuentos de miedo. Destrozan las ventanas y puertas, roban objetos para el recuerdo y hacen sus necesidades fisiológicas en cualquier rincón.

Fuente: reportaje de REBECA CARRANCO


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