Hace años mi abuelo me conto una historia de fantasmas de su pueblo:
Cada cierto tiempo, en su pueblo, cuando daban las 12 de la noche, un alma en pena recorría una determinada calle. La gente que se lo encontraba relataba echos fantásticos, luces deslumbrantes, gemidos, figuras etéreas que flotaban a un metro del suelo y que desaparecían atravesando las pareces de las casas.
El echo se repetía, periódicamente y el pueblo entero sabia cuando se aproximaban las fechas de las apariciones. En esos días nadie pasaba por esa calle. Algunos decían que era el alma de alguien que mataron, hace mucho tiempo. Cuando algún despistado, pasaba por el lugar hubo ocasiones en que el aparecido llego a llamarle por su nombre.
Cuando me contaban esta historia yo era un niño, y años después hablando con mis tíos, que aun viven en el pueblo, me desvelaron la verdad.
El periodo de repetición de las apariciones, coincidía con la feria de ganado de la capital de la provincia. En la calle donde ocurrían los fenómenos, vivía un matrimonio con un par hijas. El padre tenia varios rebaños de ovejas, y acudía siempre a la feria. La mayor de las hijas tenia fama en el pueblo de ser muy abierta, de carácter, de ventanas y de piernas.
Las luces fantasmagóricas eras faroles cubiertos con telas para amortiguar la luz, las figuras etéreas eran las sabanas que los mozos del pueblo usaban para no ser reconocidos cuando haciendo el fantasma para mantener a los curiosos alejados, "flotaban" por la calle gimiendo, hasta llegar a la casa de la "lozana" manchega, y atravesar la pared usando la ventana que previamente había abierto la muchacha.
Moraleja: nunca le des la "espalda" a un fantasma, puede ser "muy" peligroso.
Cada cierto tiempo, en su pueblo, cuando daban las 12 de la noche, un alma en pena recorría una determinada calle. La gente que se lo encontraba relataba echos fantásticos, luces deslumbrantes, gemidos, figuras etéreas que flotaban a un metro del suelo y que desaparecían atravesando las pareces de las casas.
El echo se repetía, periódicamente y el pueblo entero sabia cuando se aproximaban las fechas de las apariciones. En esos días nadie pasaba por esa calle. Algunos decían que era el alma de alguien que mataron, hace mucho tiempo. Cuando algún despistado, pasaba por el lugar hubo ocasiones en que el aparecido llego a llamarle por su nombre.
Cuando me contaban esta historia yo era un niño, y años después hablando con mis tíos, que aun viven en el pueblo, me desvelaron la verdad.
El periodo de repetición de las apariciones, coincidía con la feria de ganado de la capital de la provincia. En la calle donde ocurrían los fenómenos, vivía un matrimonio con un par hijas. El padre tenia varios rebaños de ovejas, y acudía siempre a la feria. La mayor de las hijas tenia fama en el pueblo de ser muy abierta, de carácter, de ventanas y de piernas.
Las luces fantasmagóricas eras faroles cubiertos con telas para amortiguar la luz, las figuras etéreas eran las sabanas que los mozos del pueblo usaban para no ser reconocidos cuando haciendo el fantasma para mantener a los curiosos alejados, "flotaban" por la calle gimiendo, hasta llegar a la casa de la "lozana" manchega, y atravesar la pared usando la ventana que previamente había abierto la muchacha.
Moraleja: nunca le des la "espalda" a un fantasma, puede ser "muy" peligroso.