Fantasmillas, fantasmas y fantasmones

Para empezar, conviene que echemos un vistazo a la definición de
fantasma de la Real Academia de la Lengua de España:

Existen ocho acepciones. En la número cinco podemos leer:
5. Persona envanecida y presuntuosa.

Seguimos usando el diccionario de la R.A.E.
Envanecer: Causar o infundir soberbia o vanidad a alguien.
Presunción: Acción y efecto de presumir
Soberbia: Nos quedaremos con las dos primeras acepciones:
  1. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
  2. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.
En resumen, un "fantasma" es una persona presumida, altiva que menosprecia a las demás personas por sentirse superior a ellas.
Esto seria la definición, digamos, oficial. Pero todos entendemos algo ligeramente distinto. Un fantasma es la persona que pretende conseguir reconocimiento a base de magnificar sus acciones. En cualquier grupo, sea una reunión, en el trabajo o incluso en el asiento de al lado en el autobús, es el personaje que pretende ser el centro de atención contando historias curiosas e incluso inverosímiles.

Seguro que alguno de vosotros ha reconocido estas "cualidades" en algún conocido, o en alguna situación. Pero como tantas otras cosas, los fantasmas no son absolutos, existen distintos grados: Fantasmillas, fantasmas y fantasmones

Tenemos al "fantasmilla", es aquel cuyas historias de "fantasmeo" son nimias, sin importancia e incluso, en ocasiones, graciosas. Es el típico personaje del que la audiencia, se ríe a sus espaldas y hacen comentarios sobre lo ridiculo que es pretender hacer pasar por verdad una invención tan burda. De las tres sub-especies de fantasmas, este es el mejor valorado socialmente. Haciendo un símil de epocas no tan remotas, seria "el tonto del pueblo".

El siguiente nivel lo ocupa el fantasma. Este es el verdadero peligro de la especie. Es un personaje que siempre intentará contar el mejor chiste, la anepdota más graciosa o las vacaciones más fantásticas. Es, además, un experto en el camuflaje, por lo que resulta dificil
reconocerle a primera vista. Suele camuflarse como el "más simpático o divertido del grupo". Resulta indetectable, hasta que, llevado por el entusiasmo, comete un error y cuenta la historia equivocada. Esa historia que ya conto en otra ocasión y ahora cuenta de manera distinta. O ese viaje a Cancun con dos mulatas, que ahora resultan que son tres. En este punto, se produce una transformación. Se rompe el hechizo, y la persona simpática se trasforma en un fantasma. A partir de aqui la cosa solo puede empeorar. Con afan de recuperar la situación previa, el fantasma recurre a toda su inventiva y cuenta historias cada vez más increibles, más fantasticas. En ocasiones, consigue hacer olvidar su metedura de pata, excusándose en un error de memoria y la situación vuelve al punto inicial.
Pero la mayoria de las veces no lo consigue y entonces, ante los ojos de la audiencia el fantasma se trasforma en fantasmón.

El fantasmón, como habrán deducido por lo dicho anteriormente, es un fantasma sin camuflaje. Es aquella persona, que cuente lo que cuente, nadie le cree. Por ello, se refugia en sus viejas historias. Aquellas historias que le dieron fama, aquellas que hacían "partirse" de risa a
la audiencia. Pero que ahora, todo el mundo conoce de memoria y nadie puede soportar oírlas una vez más. Por eso, el fantasmón es un "carroñero", solo ataca a presas indefensas o heridas. Aquellas personas que no le conocen son sus objetivos preferidos. Pero le duran poco, ya que el ansia le traiciona y en pocas sesiones la presa queda consumida.
Y esto es todo lo que se conoce, por el momento, sobre los fantasmas.
Aunque se espera que las investigaciones que siguen en marcha lleven a nuevos descubrimientos.
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